Desde acogedores bodis para bebés hasta cálidos jerséis de invierno y camisetas deportivas transpirables: la lana merino tiene muchas propiedades que pueden aprovecharse para una gran variedad de prendas. Para que tu ropa de lana merino mantenga todas sus virtudes y conserve su suavidad y comodidad, debes cuidarla con la delicadeza adecuada. Para ayudarte a ello, te mostramos cómo lavar y cuidar la lana merino para que puedas disfrutar de este material de alta calidad durante mucho tiempo.
La lana merino es un tipo especial de lana que procede de ovejas merinas. Comparada con la lana virgen convencional, tiene otras propiedades especiales que la convierten en un material especialmente idóneo para la ropa de bebé, de abrigo o de montaña:
La lana merino es muy suave y delicada con la piel. En comparación con la lana virgen convencional, las fibras de la lana merino son más finas, ligeras y elásticas. Esto hace que sea muy cómoda y agradable de llevar, incluso si se tiene la piel muy sensible.
También funciona como un excelente aislante térmico, por lo que es capaz de mantenerte caliente incluso a bajas temperaturas.
La lana merino es transpirable y regula la humedad, por lo que también es un buen material para la ropa interior técnica o como capa base para practicar deporte al aire libre. Como es capaz de absorber la humedad y liberarla al exterior, este tipo de lana te mantiene seco incluso cuando haces ejercicio.
La lana merino es capaz de inhibir el olor de manera natural, lo cual resulta especialmente beneficioso para los deportistas. Las fibras escamosas que forman este tipo de lana garantizan que la humedad se absorba eficazmente y no deje la piel empapada. Esto impide que se desarrollen las bacterias causantes del mal olor. La queratina que contiene la lana también puede neutralizar las moléculas odoríferas, lo cual contribuye a reforzar la capacidad de resistencia de la lana merino a coger malos olores.
La lana merino tiene varias propiedades que la hacen muy práctica, como su capacidad para repeler los olores y la suciedad. Si dejas que tu prenda de lana merino se airee durante la noche, a menudo será suficiente para poder ponértela al día siguiente. Esto resulta especialmente útil en rutas a pie o en bicicleta de varios días.
Sin embargo, esto no significa que la lana merino no pueda coger suciedad o malos olores nunca. Por supuesto, si una prenda de este material se te ensucia, deberás lavarla y cuidarla con delicadeza. A continuación, encontrarás los consejos más importantes sobre cómo lavar la lana merino.
En comparación con la lana virgen pura o la lana de cordero, la lana merino se considera algo menos sensible. Sus fibras, más suaves y finas, son menos propensas al apelmazamiento y la formación de bolitas, siempre que no se expongan a altas temperaturas o a una fuerte acción mecánica. Por esta razón, la lana merino de alta calidad suele considerarse un poco más fácil de cuidar y a menudo puede lavarse sin problemas usando el programa para ropa delicada de la lavadora. Algunos fabricantes recomiendan incluso un lavado suave a máquina para eliminar completamente los depósitos de suciedad de las fibras. Aun así, antes de lavar tu prenda de lana merino por primera vez, echa un vistazo a su etiqueta. Si se recomienda el lavado a mano, no deberías meter la pieza en la lavadora.
Ya sea a mano o a máquina, la lana merino debe lavarse siempre con suavidad. Por tanto, evita las temperaturas altas o la fricción fuerte para evitar que la ropa se encoja o se apelmace. Si tus prendas de merino pueden lavarse en la lavadora, deberías hacerlo siguiendo estos parámetros:
Lavado en frío o a un máximo de 30 a 40 °C (según la composición del material y las instrucciones del fabricante).
Programa de lavado para ropa de lana o ciclo de lavado suave (prendas delicadas o lavado a mano)
Centrifugado a baja velocidad (máximo 600 revoluciones).
La ropa de montaña de lana merino (o mezclas de lana) suele tener botones, velcro y cremalleras. No olvides cerrarlos para evitar roces innecesarios cuando vayas a lavar las prendas a máquina. Además, ten en cuenta que es preferible lavar la lana merino por separado o con otras piezas de lana.
¿Qué detergente es adecuado para la lana merino? Como con todos los demás tipos de lana, debes utilizar un detergente especial para lana o, en su defecto, un detergente suave para materiales delicados.
Es importante que el detergente que utilices no contenga lejía ni proteasas porque estas pueden atacar a las fibras con base proteica, como la lana. Por la misma razón, debes evitar los suavizantes, ya que pueden adherirse a la estructura de la fibra y afectar así a algunas de las propiedades de la lana merino.
El siguiente paso después del lavado es el secado de la lana merino. También en este caso es importante evitar someter las fibras a una temperatura y fricción excesivas:
Tras el lavado, exprime suavemente el exceso de humedad de las fibras (¡sin estrujar la prenda!). En caso de que la pieza quede todavía muy húmeda, puedes extenderla sobre una toalla limpia y enrollarla con cuidado.
Deja que tu prenda de lana merino se seque en posición horizontal. Puedes hacerlo extendiendo una toalla seca sobre un tendedero y colocando la pieza de merino encima.
Las prendas de lana merino muy ligeras (por ejemplo, las camisas) también pueden secarse tendiéndolas en posición vertical. En este caso, para asegurarte de que mantienen su forma, cuélgalas en una percha.
La lana merino se seca mejor al aire. Aun así, nunca tiendas una prenda de este material a la luz directa del sol o cerca de un calefactor, ya que las altas temperaturas pueden dañar la estructura de las fibras de lana. La exposición prolongada a la luz solar también puede causar decoloración.
Tras un lavado a mano o un ciclo de centrifugado bajo, es probable que la lana merino haya absorbido mucha humedad y, por tanto, pese bastante. Para evitar que tu ropa de este material se deforme al secarse, nunca debes colgarla empapada.
¿Cómo se lava la lana merino? A continuación, encontrarás respuestas a las preguntas más frecuentes sobre la mejor forma de cuidar la ropa de lana merino.
Comparada con otros tipos de lana, la lana merino es ligeramente menos delicada. Por eso, si sigues las instrucciones de la etiqueta, tus prendas de lana merino no tienen por qué encogerse. Por supuesto, si lavas una prenda de lana merino a una temperatura demasiado elevada (por ejemplo, a más de 40 °C), sí puede encogerse.
Como muchos otros tipos de lana, la lana merino es muy sensible a las altas temperaturas, por lo que, como norma general, no debería meterse en la secadora. Sin embargo, puede haber excepciones según el procesamiento y la composición del material. Algunas prendas se «preencogen» deliberadamente durante el proceso de elaboración (lavando o sometiendo la lana al vapor) para minimizar el encogimiento posterior. Por tanto, es conveniente seguir las instrucciones de cuidado del fabricante.
Después de su lavado y secado, es poco habitual que la lana merino presente arrugas, lo que significa que no suele ser necesario plancharla. Aun así, es posible que aparezca alguna arruga pequeña cuando lleves puesta la prenda. Si el símbolo de planchado de la etiqueta está tachado, significa que no deberías planchar tu prenda de lana merino. En caso de que no se desaconseje y quieras darle un toque de plancha, deberías tener en cuenta lo siguiente:
Dale la vuelta a la prenda.
Elige la temperatura de planchado más baja (para lana y seda).
Coloca un paño limpio y ligeramente húmedo entre la prenda y la plancha.
Presiona la plancha breve y suavemente sobre la zona que quieras planchar. No muevas la plancha directamente sobre la lana.
La lana merino es un material de alta calidad, adecuado tanto para hacer prendas de invierno cálidas y acogedoras como para elaborar ropa técnica y práctica. Para mantener tu ropa de merino siempre suave y transpirable, debes seguir algunas instrucciones básicas de cuidado. Las prendas de lana merino deben lavarse siempre con suavidad, con un detergente para ropa delicada y a baja temperatura. Normalmente, puedes lavar este tipo de lana en la lavadora con un programa para ropa delicada, a no ser que el fabricante recomiende explícitamente el lavado a mano. En general, las prendas de lana merino solo deberían lavarse cuando estén muy sucias. Como las fibras inhiben los olores de manera natural, suele bastar con airear bien las prendas después de usarlas.
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Imagen de portada: iStock.com/gerenme
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